Wayaw, La Dama del Sauce
Reconstrucción digital del rostro y cuerpo de una tejedora Ychsma, cuyos restos fueron hallados en julio del 2018 en San Juan de Lurigancho.
Reconstrucción digital de La Dama del Sauce
Gracias a la tecnología de última generación podemos conocer el rostro de la Dama del Sauce.
Durante las excavaciones para instalar las redes de gas natural nuestros arqueólogos identificaron una tumba en forma cuadrangular, cuidadosamente trabajada construida con piedras canteadas. En su interior reposaba debajo de capas de algodón y telas el cuerpo de una mujer en posición sedente y con los brazos y piernas flexionados y acompañada de una serie de ofrendas, fue bautizada como «Wayaw» que en quechua significa Sauce.
Reconstrucción digital forense facial
Ante la importancia de este descubrimiento y con el objetivo de destacar la labor de las mujeres en el antiguo Perú, Cálidda reunió un equipo multidisciplinario de arqueólogos y científicos forenses a nivel internacional. A través de sofisticadas técnicas de digitalización 3D, comenzaron un extenso proceso de reconstrucción facial.
Proceso de digitalización 3D
Usando la técnica de fotogrametría, se tomaron fotos del cráneo desde diversos ángulos, para luego combinarlas en un software especializado para formar el modelo 3D. Un equipo de expertos lo perfecciona en la computadora y añade marcadores de espesor facial en toda la estructura craneal. Este proceso se representa como un cilindro 3D que indica el grosor de los tejidos blandos faciales.
Disposición de músculos del rostro
Identificados los marcadores de espesor facial se inicial la disposición ordenada de los músculos, los ojos, las venas y arterias del cuerpo humano. Capa por capa se empieza a construir todos los músculos del rostro, adaptándolos de forma personalizada a los huesos del cráneo. En esta etapa ya se observa cómo va aumentando el volumen del rostro.
Reconstrucción forense facial
Antes de esculpir en 3D el rostro, se realiza una reconstrucción facial preliminar en 2D. Durante esta fase, se delinean los músculos, y se toma como referencia las fotografías de mujeres andinas de la costa central del Perú, esto sirve para identificar rasgos similares y lograr realismo facial.
Detalles de la piel
Finalmente, se agregan detalles de la piel y el cabello para lograr una imagen fotorrealista. Durante esta etapa, además de diseñar el cuerpo de la tejedora, se le representó con objetos relacionados con su vestimenta y accesorios corporales.
Reconstrucción digital de cuerpo y vestimenta
Mediante el análisis de su esqueleto podemos estimar que era una mujer joven de entre 19 a 22 años y con una altura de 1.48 m. Sus huesos han dejado huella de enfermedades producto de la anemia e infecciones. Su cráneo también muestra que al menos sufrió un evento violento que resultó en unas fracturas en su cráneo, costillas y un dedo de la mano.

A pesar de su juventud, muestra desgaste en varias partes del cuerpo debido a actividades físicas intensas. Su salud dental indica una dieta rica en carbohidratos (maíz, yuca, frijoles, calabazas, etc.). Finalmente, presenta una modificación craneal realizada en su infancia como distinción social o étnica. Estos secretos de su vida florecen gracias al perito bioarqueológico practicado por la doctora María del Carmen Vega Dulanto.

Más allá de los misterios biológicos que esconde Wayaw, sus huesos han dejado evidencias que revelan su labor. Las marcas, desgastes en las vértebras por largas horas de trabajo con textiles, y en los dedos directamente relacionados con actividades como la obtención de materia prima, el cardado, el hilado, el torcelado y el tejido.